Una vieja Skunk, con nuevo poder. Una vuelta a los sabores de la vieja escuela, trasladándonos a los ancestros del Skunk, con su penetrante olor y su marcado sabor láctico, dulce y agradable. Y con gran reputación comercial gracias a los numerosos premios obtenidos. Para conservar el toque a Cheese, y no salirnos de los sabores iniciales, hemos cruzado esta maravillosa planta con otra homónima de diferente origen que le aporta gran estabilidad. El resultado es una producción envidiable, y de sencillo cultivo. Planta robusta con patrón de abeto que tiende a ser gruesa y ancha. Su altura media es ideal para alcanzar una alta y rápida producción en sitios discretos. Sus flores se cubren de resina quedándose casi blancas por completo. Son grandes, compactas y pestilentes, poca cantidad de hojas de tamaño pequeño, y un verde tenue. Los tallos pueden adquirir tonalidades púrpuras. Para su cultivo puede requerir del uso de tutores y cantidades moderadas de fertilizantes. Es más productiva en exterior, pero en interior consigue mejor sabor y aromas más refinados, aunque exige el uso de filtros anti olor.